lunes, 18 de octubre de 2010

Peldaños

Como resumir toda una vida en varias horas de lectura, el pensamiento vuela, las herramientas... Torpes.
El hombre es un ser egoísta , aunque puede ser culto y desprendido. Las masas, (concepto muy abstracto) necesitan para sobrevivir de la personalidad y el individualismo. También abunda lo falso cuando se vende unos valores innecesarios, el doble sentido por refinamiento de las palabras, omisión, o cohecho, hacen mucho daño al devenir de los tiempos. El comportamiento cíclico como ley universal: Acción-Reacción, adjudicado al comportamiento social y cultural, no tienen sentido a estas alturas del conocimiento humano. Recopilado en diferentes formas y vestigios desde la antigüedad, no podemos refugiarnos en el desconocimiento. No somos mas sabios, mas inteligentes, sencillamente poseemos suficientes conocimientos para no dar pasos retrocediendo. Aun así, es desalentador lo que vivimos: hambre, miserias, desigualdades, catástrofes, masacres, guerras y un largo etcétera.
Pareciera que hemos salido de las cavernas.
Somos seres desvalidos, nacemos con lo puesto, por tanto necesitamos que la familia en primer orden y la sociedad nos amparen.
La dureza de la vida nos encallece, nos forma el carácter, unos por viejos desechables, otros por feos, gordos o flacos, miserables, sanos, insanos, insolitarios o poetas.
Necesitamos la valentía, la generosidad, la equidad, la cordura, la amistad, el cariño, el amor…
La gente de bien nace en un seno familiar suficientemente arropado, medianamente feliz.
Tras sus pasos existe el apoyo al menos hasta que aprende a andar, la infancia la tiene resuelta e incluso hasta su pubertad.
Esta característica es lo más común en las sociedades o poblaciones humanas, independiente de razones de raza, localización, medio u otro pormenor, por lo general es así, (exceptuando ocasiones sangrantes y muy dolorosas donde el promedio de vida infantil se limita a días, meses o algún año) en la mayoría de las ocasiones, estos seres, reciben una educación y preparación para lo que se le avecina, casi siempre de orden práctico o material, y así entran de una manera mas o menos honrosa en el sistema.
Entramos como otra pieza más en el engranaje de la vida.
Durante la primera infancia se sucede la interacción social con las partes, en la sanidad, la educación y las relaciones amplias. Es equivocado el hecho de tratar al niño como algo distinto en su esencia al joven o al adulto, fácilmente el niño en su corto estadio de vida es mas preclaro que el adulto y por tanto su proyección es mas autentica, luego el tiempo se encargara de encajarlo o destruirlo en el peor de los casos.
El ser humano “normal” en la infancia, su psique se adapta con facilidad a la realidad que le circunda, sin apreciar las carencias a que se somete por razones de raza, geografía, filiación, etcétera, e incluso ante la adversidad llega a ser feliz, si es receptor de cariño, fundamentalmente de su propia familia, las primeras rectificaciones de su personalidad pueden llegar a sobrevenirle en los primeros contactos sociales, parientes, vecinos, amigos u otros niños, coetáneos…   

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