sábado, 17 de marzo de 2012

DEL DERECHO

Derecho o la “tiranía” del lenguaje.

El Derecho, el fundamento manejado esencial de los arbitrios entre los seres humanos, no podía más que tener entre sus atribuciones semánticas y lingüísticas una definición más ajustada a su razón, y por contra sería, la ausencia de este.
"Adquirida desde la antigüedad” la palabra, deriva de “La Derecha” (concordancia genérica, no existe segregación de género…)  que la popularizaron  los Romano en uso necesario ante el asentamiento de “sociedades evolucionadas” lógicamente unidas al Origen Divino como norma para que se entiendan los humanos sin usar “el instinto natural, fruto de innumerables encontronazos tribales, o sus particularidades” con la consiguiente consecución de sociedades reguladas domésticas.
La razón de las democracias y cultura de predominio occidental y pragmático. Úsese el resultado sistémico mundial, bogando en favor de un orden que nos inmiscuya a casi todas/os, esta ley que entronca con el carácter de especie definido a lo largo y ancho de históricos milenios “y su carácter egoísta y violento” llega a la conclusión que hay dos caminos el torcido y el recto, sinónimo de derecho. Y hasta aquí quería llegar… por lo visto no hay posible evolución en un carácter donde no sea necesario regular hasta el tiempo que nos quede en respirar, no vaya a ser que respiremos un poquito más que otros en nuestra misma situación y así perpetuado por los siglos de los siglos que solo podrán respirar demás, solo algunos privilegiados que nos servirán de guía en esta noche de aciagos infortunios donde "el tuerto es la avanzadilla del ciego" 
Por extendidos asertos La Izquierda es sinónimo de siniestra y torcido, de ahí la imposibilidad de que exista el derecho en este supuesto innecesario.
La Izquierda es anatema, horroriza que El Hombre tome conciencia de su natural estado colaborador y solidario, donde “los legajos” se pueden reducir a apretones de manos o abrazos, y no en la perdida del tiempo inaplazable en lugar y forma tan dramática para muchos, diseminados y ausentes de tamaña arquitectura, desde siempre. 
Asistimos invariables  a la socialización de reyes y vasallos, jefes y mandados, obreros y patronos, súper ricos y pobrísimos… siendo debido con estos antecedentes a la manera en que le proponemos nombre a las cosas, actos o sucesos. En el inconsciente social se incrustan calificativos a través del lenguaje capaz de generar una conducta “educada” y duradera.
El color blanco: inmaculado, negro: oscuro, sombrío…No, la lengua no es inocente, es el motor del vehículo que nos deambula. 

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