martes, 6 de marzo de 2012

Trashumancia

La supremacía fundamentalmente económica del individuo en las sociedades es la causa de las desigualdades, e inevitable, se basa en el instinto de supervivencia del individuo frente al de sus competidores, ante el reparto de recursos.
Conociendo la naturaleza humana la comprenderemos mejor.


Al mundo le cuesta comprender, que el desarraigo de poblaciones importantes, es fruto de riquezas y codicias, motor de la economía en específicas zonas de recibimiento,  posibilita para otras generaciones la continuidad en sociedades que son proclives a prosperar; a pesar del gran sufrimiento que causan en origen.


Si no fuese por "la naturaleza"¿qué sentido tendría que defendiera mi vida, mi casa y mis riquezas, si todos debiamos ser iguales?
¿Que sentido tendría que el semejante aun de otras etnias, por su derecho a la vida y la posesión, quisiera arrebatarme las mías?
Por contra yo me armo, excluyo y siendo necesario mato si puedo, porque mi vida y mi conciencia me dictan: también tengo ese derecho, derecho a ser alto, bajo, fuerte, débil, blanco, negro, rico, pobre, del este o del oeste, también tengo derecho a perpetuar mis genes.
En último fin, la naturaleza prima a las diferencias.
Realmente ¿le importa al mundo mi individualidad?
Si pierdo nada se perderá para el Mundo.

La ambición individual y/o la autoprotección, nos empuja a agruparnos con quien compartimos “aficiones”. ¿Grupos al fin…?
La complejidad de estas relaciones nos lleva a cometer errores excesivos, errores veraces ante la percepción de la realidad del individuo como enemigo de una estable y fructificadora comunidad colectiva, confundiendo los conceptos y contenidos, se agrede de igual manera  a la sociedad y al individuo.
La aceptación en la impostura de normas, la sumisión… genera rebeldías.
El liderazgo pacato y por ultimo las injusticias provocadas e inducidas en contra de uno mismo y/o en contra de todos, a todos nos implican e involucra y debemos esclarecerlas para una cooperación beneficiosa, la paz y en libertad.
Así llevamos compartidos al menos dos o tres milenios creando grupos, y millones de vidas pasajeras, las que en su dia quisieron permanecer perpetuas.

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